🥤 Jarritos: el refresco con sabor a México que conquistó el mundo

Detrás de cada botella de Jarritos hay una historia llena de color, tradición y orgullo mexicano. Este emblemático refresco nació en 1950 en la Ciudad de México, creado por el químico Don Francisco “El Güero” Hill, quien buscaba ofrecer una alternativa diferente a las gaseosas extranjeras que dominaban el mercado.

El nombre “Jarritos” hace homenaje a las tradicionales jarras de barro utilizadas en los hogares mexicanos para servir bebidas frescas, reflejando desde su origen una conexión profunda con la cultura popular del país.

El primer sabor en ver la luz fue el de tamarindo, una apuesta arriesgada en su momento, pero que rápidamente ganó popularidad por su autenticidad. Con el tiempo se sumaron otros sabores que hoy son clásicos: mandarina, piña, limón, guayaba, jamaica, toronja y tamarindo, entre muchos más, todos elaborados con frutas naturales y ese toque artesanal que los distingue.

Durante las décadas siguientes, Jarritos se expandió por todo México y, a partir de los años 80, comenzó su conquista internacional, llegando primero a Estados Unidos y después a países de Europa, Asia y Oceanía. Hoy, se considera uno de los productos más representativos del sabor mexicano en el extranjero.

Más que un refresco, Jarritos es un símbolo de identidad, una marca que supo embotellar la esencia del país: alegre, colorida y llena de vida. En cada sorbo se conserva el espíritu de una bebida que, desde hace más de siete décadas, refresca generaciones con el auténtico sabor de México.