Priscila Martínez Almeida y su mural “Nueva Tierra” en Tlaquepaque
- heyjaliscoo
- 2 jul
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En el corazón del Bosque Urbano Tlaquepaque, donde antes había olvido y escombros, hoy brota un gigante de color y vida: el mural “Nueva Tierra”, obra de la muralista zapopana Priscila Martínez Almeida. Con una pieza de 100 m², pintada entre junio y noviembre de 2021, este mural se convirtió en símbolo de resiliencia comunitaria y conciencia ambiental.
Graduada en Artes Plásticas por el INBAL en 2016, Priscila ya contaba con trayectoria internacional: desde Chicago hasta Marruecos y Europa, dejando su huella en muros y proyectos que mezclan percepción y migración. Pero “Nueva Tierra” es su obra más significativa en casa: nació del programa MÉTIS de la Agencia Francesa para el Desarrollo, colaborando con habitantes locales para concientizar sobre biodiversidad, cambio climático y dignificación del espacio público.
Este mural no solo habla, grita lo que Jalisco necesita: biodiversidad viva. Se pintan jaguares, pelícanos, mariposas monarcas, venados, arrayanes, cacao y maíz. También aparecen iconos como el Nevado de Colima, la Barranca de Huentitán y el Hospicio Cabañas, mezclando ciudad y campo en un tapiz visual que aviva el orgullo jalisciense.
Su estructura narrativa va en tres actos: primero, la urbe herida; luego, una figura femenina - nuestra Madre Tierra - teje un manto con biodiversidad y símbolos arquitectónicos; y finalmente, una visión de Jalisco en armonía con la naturaleza, gracias al trabajo colectivo de los vecinos.
Y no es obra únicamente de su pincel: se gestó mediante talleres participativos con vecinos, autoridades ambientales y la Agencia Metropolitana de Bosques Urbanos, quienes definieron juntos las especies y temas presentes en el mural. Así, “Nueva Tierra” se volvió eco-arte comunitario, una fiesta visual y social que reivindica el valor de lo colectivo.
Cuando se inauguró en noviembre de 2021, el gobernador Enrique Alfaro y el embajador francés celebraron este acto como cierre del ciclo MÉTIS, remarcando el poder del arte para restaurar el territorio y la memoria social.
“Nueva Tierra” no es solo pintura, es semilla y canto: un recordatorio vibrante de que, en Tlaquepaque y en todo Jalisco, arte y comunidad pueden sembrar futuro.
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