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Cuando Guadalajara se vistió de blanco: la nevada del 14 de diciembre de 1997

  • Foto del escritor: heyjaliscoo
    heyjaliscoo
  • hace 1 día
  • 2 Min. de lectura
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El 14 de diciembre de 1997 quedó grabado en la memoria colectiva de Guadalajara como uno de esos días que parecen sacados de una película. Contra todo pronóstico, la nieve cayó en la ciudad, regalando a los tapatíos una escena que pocos imaginaron ver alguna vez: calles, autos y azoteas cubiertos de blanco en pleno corazón de Jalisco.

Desde las primeras horas del día, el frío se dejó sentir con una intensidad inusual. Las temperaturas bajaron drásticamente y una masa de aire polar provocó que, en distintas zonas de la ciudad, la lluvia se transformara en aguanieve y nieve ligera. Colonias del norte y poniente, como Zapopan, Huentitán, Tesistán y áreas cercanas al Bosque La Primavera, fueron algunas de las más sorprendidas por el fenómeno.

Las imágenes se volvieron históricas: niños intentando hacer pequeñas bolas de nieve, adultos saliendo con chamarras improvisadas, cámaras desechables capturando lo impensable y noticieros transmitiendo en vivo lo que ya era un acontecimiento extraordinario. Para muchos, fue la primera y única vez que vieron nevar en la Zona Metropolitana de Guadalajara.

Aunque la nevada no fue intensa ni duradera, su impacto fue enorme. El tráfico se volvió caótico por momentos, algunas actividades se suspendieron y el asombro se mezcló con la preocupación por las bajas temperaturas, especialmente para personas en situación vulnerable. Aun así, la ciudad vivió el episodio con una mezcla de sorpresa, emoción y conversación colectiva: todos tenían una historia que contar.

A casi tres décadas de distancia, aquel 14 de diciembre sigue siendo tema de charla cada vez que el frío aprieta. La nevada de 1997 se convirtió en leyenda urbana, recuerdo familiar y prueba de que Guadalajara también sabe romper sus propias reglas climáticas.

Porque en Jalisco, hasta el clima tiene sus momentos inolvidables. Y ese día, la Perla Tapatía, aunque fuera por unas horas, se vistió de invierno.


 
 
 

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